Pedir un préstamo en pareja puede ser interesante, pues al ser dos titulares podeís ofrecer más garantías a la entidad y disfrutaréis de unas condiciones más favorables.
Por ejemplo para los préstamos hipotecarios suele ser bastante común qué, dependiendo de los ingresos, se exija dos titulares además de la garantía a la vivienda.
Si un titular en principio es capaz de hacerse cargo del reembolso del préstamo, dos titulares tendrán el doble de ingresos para hacerlo. Y es que dos titulares significan dos contratos.
Además, en el hipotético caso de que uno de los titulares del préstamo se quedase sin trabajo al menos habría otro titular con la capacidad de seguir pagándolo con su sueldo.
Por otro lado, sí hablamos de dinero evidentemente dos titulares van a sumar dos nóminas, y eso significa qué cuanto más dinero perciban más alta será la cantidad que puedan solicitar.
Préstamos con dos titulares
Si bien los bancos pueden exigir dos titulares, por lo general si tenemos una buena nómina y la cantidad del préstamo es proporcional a la capacidad para reembolsarlo no suele haber problemas para que se lo concedan a un único titular.
Esto dependerá de nuestro perfil y de la cantidad que vayamos a solicitar, si es razonable no habrá inconvenientes. Pero a veces, según sean las circunstancias, el banco puede exigir dos titulares al mismo tiempo o, en su defecto, qué el titular del préstamo cuente con un aval.
En cualquier caso, la mayoría de veces no hace falta y suelen ser las parejas las que deciden solicitar un préstamo personal juntos y compartir las responsabilidades.
Normalmente quienes solicitan este tipo de financiación en pareja lo hacen para llevar a cabo proyectos conjuntos. De este modo, al ser dos titulares ofrecen más garantías al banco y pueden conseguir una mejor oferta.
Ser dos titulares tiene sus ventajas: dos nóminas o ingresos recurrentes y un mayor poder de negociación sobre la cantidad del préstamo y sus condiciones de reembolso.
Pero solicitar un préstamo personal en pareja también implica unos riesgos y por eso, antes de comprometerte a endeudarte con otra persona, es importante que tengáis claras algunas cuestiones. Empezando por quién pagará el préstamo.
¿Quién va a pagar el préstamo personal?
Para evitar problemas en el futuro lo más recomendable, y lógico, es que la cuota se divida al 50% entre los titulares. O, si fuese el caso, que se pague con el dinero que la pareja tenga en común. Incluso a veces es uno de los dos quien se encarga del pago del préstamo.
Sea como sea, debes tener en cuenta que para el banco ambos sois responsables de reembolsar el préstamo. Así que asegúrate de que, en el caso de que no vayáis a dividir el pago de manera equitativa, todas las condiciones para el reembolso del préstamo estén claras y a ser posible redactadas en un documento detallado.
En este documento también es importante indicar cuál será el procedimiento a seguir en el caso de que alguno de los titulares se quede en paro y no pueda hacerse cargo de pagar su parte y sí, cuando se regularice su situación, tendrá que devolver lo que corresponda.
¿Quién va a hacer uso del préstamo?
Habitualmente cuando se solicitan préstamos rápidos en pareja el objetivo es obtener financiación para algún proyecto en común. Si el proyecto es una reforma o incluso un viaje que ambos vayan a poder disfrutar no pasa nada.
El problema viene cuando se utiliza el préstamo para un bien material, como por ejemplo un coche o adquirir un local. En ese caso será importante tener claro a nombre de quién estará o quien va a hacer uso del mismo. Antes de solicitar un préstamo conviene aclararlo.
¿Qué ocurre con el préstamo si la pareja se separa?
Quizás sea la pregunta más incómoda qué puedes hacerte en pareja.
Pero, aunque no lo creas, es necesario dejar esta cuestión clara porque a veces las rupturas ocurren y es importante tener una espacie de pre-acuerdo amistoso.
A la hora de solicitar un préstamo en pareja es importante contemplar todas las situaciones posibles. En caso de ruptura tendrás varias opciones:
- Devolver el préstamo y cancelarlo. La opción más inteligente y menos incomoda será ‘quitarse el problema’ lo antes posible. Así que devolver el préstamo y cancelarlo será la mejor opción. En este caso tendréis que definir quien se quedará con el bien financiado o sí valorareis la opción de venderlo para recuperar el capital para amortizar el préstamo.
- Seguir compartiendo el préstamo. Quizás la situación se haya vuelto incomoda pero otra opción fácil, sobre todo para evitar papeleos, es seguir compartiendo el préstamo. Sin embargo, puede ser arriesgado si ya no confías en tu expareja, pues ambos tendréis que seguir pagándolo y si uno no cumple puede haber problemas con la entidad.
- Pasar el préstamo a un solo titular. Sí quieres zanjar el problema rápidamente otra opción interesante es acudir a la entidad y solicitar el cambio del préstamo a un único titular. Aunque, en este caso, habrá que definir muy bien quien se quedará con el bien financiado y si la otra persona recuperaría el dinero que haya pagado del préstamo.
En conclusión, pedir un préstamo personal en pareja puede ser una buena oportunidad, pero asegúrate de que las condiciones para el reembolso del mismo están claras.
Esto os ayudará a evitar malentendidos y sobre todo evitareis las discusiones financieras.